Su rostro reflejaba el espíritu de su alma. Tenía la cara redonda y los ojos azules, el pelo rubio y la piel suave como la de un niño, una sonrisa cruzaba su cara y mostraba la sinceridad de sus sentimientos. Me enamoré de ella en cuanto la vi por primera vez, hace siete años, mis ojos recorrieron su anatomía perdiéndome con la imaginación entre sus caderas. La he querido más que a nadie en este mundo, pero desde hoy he decidido poner un paréntesis en nuestra relación y partir.
Son tiempos de crisis y no solo económicas. Cuando has terminado una carrera de ingeniero y llevas más de tres años sin encontrar trabajo algo más que un cambio necesitas darle a tu vida. Cuando las reservas se han debilitado hasta límites insospechados es cuando uno se siente obligado a renovar el espíritu de aventura y aceptar nuevos retos. «Volver a empezar» me repetía una y otra vez, «volver a empezar de nuevo aunque sea en otro país, reencontrar un rumbo para mi futuro». Esa idea me había perseguido los últimos meses hasta hacerme llegar al asiento de este avión.
Tengo solo veintiocho años y hace dos semanas recibí una oferta de trabajo de una empresa que requería mi incorporación de forma inmediata. Al aceptarla, estaré seis meses de prueba, después el contrato será por tres años. El sueldo es elevado y el proyecto muy interesante. Durante mucho tiempo he esperado una oportunidad así, sin embargo dentro de un mes tengo planeado casarme y si mi novia se viene conmigo perdería su recién lograda oposición. Podéis imaginaros que una noticia así ha originado el caos en mi relación.
Ella lo tiene claro, no me va a acompañar. Yo le he propuesto un descanso en la relación, ella me dice que soy un egoísta y que si me voy será para siempre.
—No soy yo quien para darte consejos —me dijo mi padre hace unos días—. Tú mejor que nadie has de valorar las prioridades que más pesan en tu decisión.
—Sé de lo que hablas papa—le confesé—, irme es mi mejor opción. Llevo muchos años esperando esta oportunidad. Allá ella si no me quiere esperar.
Durante toda la semana la niebla había cubierto por completo la ciudad. Tuve tiempo para recoger mis fotos y empacar lo máximo para el nuevo viaje. Leí en la prensa cosas de aquel país donde iba, de la pobreza en sus calles, del narcotráfico, de los temblores de tierra, de los secuestros, de la contaminación. Datos que no me invitaban a ser feliz. Traté de encontrar cosas más agradables por internet e intenté pensar en sus gentes, sus paisajes naturales, la comida, su música o su luz. Me sentí algo más aliviado.
Sin muchas maletas que arrastrar, abrumado por mis pensamientos y preocupaciones, me despedí de la familia y los amigos sin aspavientos. Aunque mi novia me acompañó al aeropuerto, en todo el camino no pronunció palabra. Le di un beso frío y me soltó la mano. Cuando el avión despegó sentí que mi equipaje más valioso se estaba quedando en tierra y que una etapa de mi vida posiblemente se iba a cerrar para siempre.
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8 comentarios
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1 julio, 2011 a 9:54 PM
palomaespino
No entiendo la postura «todo o nada» porque tu actual pareja se busque la vida para salir adelante. El otro día leí un comentario de Eduardo Punset que en resumen decía que para sobrevivir ante una situación de crisis una de las opciones es emigrar, la sabia naturaleza lo hace, cuando las aves no tienen que comer o el clima es adverso, emigran a «sitios más cálidos». No se si será la edad, seguramente, pero a los 28 años, con la vida y juventud por delante, me parece perfecto el volver a empezar, el tratar de salir adelante y tomar las riendas de tu vida. 3 años en paro se dice pronto, pero el que lo vive, seguro lo entiende. Si el que tienes al lado no lo entiende, entonces con más ganas y menos remordimientos me iría ligera de equipaje… todo fuera como eso.
30 junio, 2011 a 1:16 AM
Flor Cuesta
El último párrafo describe, en mi opinión, tu actitud frente a la vida: ligero de equipaje, controlando las emociones, sin demasiado apego por la etapa que se cerraba porque la que se abría era desconocida, interesante, novedosa…
30 junio, 2011 a 2:04 PM
Julio Rodríguez Díaz
Hola Flor:
Sí, creo que el personaje en el fondo se quiere ir y no le importa echar por la borda todos estos años de noviazgo.
Se va a un país como tu bien dices interesante, novedoso, diferente y eso es lo que ahora él más necesita.
Creo que él es un tipo valiente y toma decisiones arriesgadas. Quiere salir de esa situación en la que se encuentra (acuérdate que está en el paro). El jovencito tiene iniciativa, no se limita a esperar, a protestar, se busca la vida incluso fuera de sus fronteras, .
Ella creo que no le sabe entender. ¿Por qué esa posición tan drástica?, ¿Por qué ese chantaje emocional?, no me gustan las posiciones de «todo o nada». Entiendo que ella no se quiera mover (acaba de sacar su oposición), pero ¿por qué no le entiende? , ¿por qué no le apoya?.
Cierto es que se va ligero de equipaje… con eso me identifico plenamente.
Un abrazo.
2 julio, 2011 a 12:39 PM
Flor Cuesta
Creo que él todavía está dolido por la actitud de ella. Ella hace lo que tiene que hacer, lo que haces él, defender su posición laboral recién lograda (que tampoco es moco de pavo). Si la relación no continúa (no hay intención por parte de ninguno de reencontrarse más adelante) es porque los siete años de noviazgo han sido una ficción, un estar por estar; la boda habría sido el mayor error que ambos cometerían en sus vidas. Ya no había… ¿pasión?.
Por otra parte creo que ella es muy generosa al devolverle la libertad, sin aspavientos, sin llantos, sin numeritos. Le deja el camino libre para que rehaga, ella también por supueto, su vida.
29 junio, 2011 a 10:15 PM
Pilar Guerrero
Hola Julio! Qué alegría me da volver a leer relatos tuyos 🙂 Aún cuando esta historia sea un poco triste.
Me hace pensar en la manera en que nos han enseñado a ver las relaciones de pareja, en la manera en que se sobrepone el sentido de éxito profesional al sentido de vida de la relación. En la experiencia que tengo hasta ahora he visto que las relaciones que funcionan largo tiempo son aquellas que se ajustan constantemente, para ambos lados, con sacrificios y renuncias de ambos lados, y por consiguiente, con mucho valor y coraje de ambos lados.
Una vez escuchaba en una charla que un matrimonio necesita dos cosas para subsitir: love and encouragement (amor y apoyo) lo del amor es claro, pero encouragement es dar coraje, es animar al otro a que haga lo que necesita hacer, para que se anime a vencer esa parte de sí mismo que hasta entonces no ha podido, para lograr aquello que sueña…
Me sale como bonito en las palabras, espero que un día, cuando me toque ser la que se queda en el aeropuerto, tenga el valor de, al menos, asegurarle una visita lo antes posible!
30 junio, 2011 a 1:50 PM
Julio Rodríguez Díaz
Gracias Pilar. Que buenas reflexiones. Me quedo con tus ideas «las relaciones que funcionan largo tiempo son aquellas que se ajustan constantemente» «Amor y apoyo» , «sacrificios y renuncias».
La historia es triste, o eso parece. Cada quien en su posición, con sus argumentos, sus chantajes emocionales. ¿se quieren de verdad?Después de tantos años juntos como novios me da la sensación que no existe ya verdadero amor.
¿sabrán superar la prueba que les ha planteado la vida? ¿se esperarán? Quizás sea un berrinche puntual, ante la impotencia de no poder encontrar una solución que satisfaga a todos. ¿quién llevará peor la separación?…¿habrá reencuentro?
Yo también he leído los últimos post que has escrito puntualmente, pero desde mi «movil», asi que prometo con calma escribirte mis sensaciones.
Un abrazo
30 junio, 2011 a 6:04 PM
Pilar Guerrero
Wow! Lees desde el movil!!! Qué fancy!!! Yo leo desde el computador, notebook le llamamos acá, y de nuevo, me alegra volver a leer relatos tuyos 🙂
1 julio, 2011 a 1:50 PM
Julio Rodríguez Díaz
Gracias Pilar.